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jueves, 17 de diciembre de 2009

Tarta de queso, chocolate y gelatina de moscatel

Esta es una tarta que cuando la miras cuajandose en el frigorífico produce satisfacción.¡¡¡ Es espectacular!!!.
Quiero decir que la ví en un blog de cocina, y aunque con alguna modificación, la tomé de allí. Siento no poder deciros el blog que era porque sinceramente no lo recuerdo. Si su autora o alguien de otro blog  la ve que me lo diga e inmediatamente lo enlazaré para que se sepa su origen.

Tengo que advertiros que si la comida o cena que teneis es copiosa y además no sois casi nada golosos, como es mi caso, debeis tomarla en porciones pequeñas. En cualquier caso cada cual que tome la que le apeteca, faltaba más.

He adaptado las medidas al molde desmontable que tengo en casa (22-24 cms. aprox.)

Y ahora nada de asustarse la receta parece larguísima, pero os aseguro que casi se tarda lo mismo en escribirla que en hacerla. Trabajamos con varias texturas, varias elaboraciones, por eso la explicación en mas larga. Pero pensar que solo utilizamos dos cazos y a no se que querais hornear la base, el horno ni encenderlo.

Inggredientes
 
para la crema de queso y choclate


300 gramos de queso Philadelfia
300 gramos de queso Mascarpone
300 gramos de chocolate blanco
750 cc. de leche
1 1/2 sobre de cuajada



para la gelatina de moscatel

300 cc. de agua (yo he usado agua y el almibar de las uvas blancas)
50 gramos de azúcar
250 cc. de vino Moscatel blanco
14 hojas de gelatina
24 uvas blancas (en almibar sin piel ni pepitas)
12 uvas negras, sin pepitas


Para la base

180 gramos de galletas digestive de avena
70 gramos de mantequilla



Y ahora al lío, que aunque parece una receta complicada y larga, no tiene ninguna dificultad

Lo primero que hacemos es la base. Trituramos las galletas. Para no poner mas cacharros en medio, las he partido con las manos lo mas pequeño que he podido y luego en un recipiente con el mazo de mortero, dale que dale, las he convertido en una especie de harina granulada.

Ponemos la mantequilla, que semiderretimos en el microondas un minuto. Y mezclamos con las manos hasta que nos queda compacto. Extendemos en la base de molde y ayundánodos con el dorso de una cuchara o con la palma de la mano apretando bien. La metemos al frigo para que se quede compacta.

Mientras tanto hacemos la crema:

Ponemos en un cazo la leche, que reservamos un poco para disolver la cuajada y los quesos y el chocolate partido en trocitos pequeños a fuego mínimo, y a remover con unas varillas hasta que el queso y el chocolate estén disueltos. Cuando empieza a hervir, añadimos la cuajada que hemos disuelto en la leche que reservamos, añadirla colándola para evitar grumos, y cuando levanta el hervor, retirar del fuego y volcar sobre el molde que tenemos con la base de la galleta. En ese momento ponemos las uvas distribuidas de la forma que mas nos guste. Meter al frigo un rato.

El siguiente paso es preparar la gelatina.

Ponemos a hidartar las hojas de geltina en agua fría. Mientrastanto en una cazo
ponemos el agua, el almibar de las uvas blancas y el azúcar y dejamos hervir por espacio de unos cinco minutos. Fuera del fuego, esto es importante para que la gelatina solidifique bien, añadimos las hojas que ya estarán hidratadas, muy bien escurridas con la mano, al cazo y removemos con varillas continuamente para que se integre bien. Esto es rapidísimo. Despacio y sin dejar de remover añadimos el vino Moscatel.

Dejar templar un poco y poniento el dorso de una cuchara hacia arriba vamos vertiendo la gelatina (sobre la cuchara) para que no caiga de golpe encima de la crema de queso y las uvas. Vais distribuyendo sobre toda la superficie hasta tapar las uvas. Poner en el frigorífico y a esperar que cuaje. Tardará mínimo dos o tres horas, pero os aconsejo que lo hagais el dia anterior o al menos por la mañana si es para la noche.

 Nota que me parece importante

 He seguido el proceso de la receta de origen y lo que observé es que al cortar la tarta  la base de galleta y mantequilla se quedaba pegada en la fuente. 
Yo he usado en multitud de tartas esta misma base,  pero siempre en lugar de meterla al frigorífico, la he horneado a 170 grados  unos 8 ó diez minutos. De esta forma al cortarla y servila la base quedaba pegado al cuerpo de la tarta.