El ikebana es mucho más que un ornamento floral: es una representación artística que nace de la observación y del respeto a la naturaleza. Por un lado, en el ikebana se representan las áreas espiritual-cognitiva, al hombre y a la tierra.
Por el otro, en el ikebana se conjugan tres de los elementos más importantes en la naturaleza: sencillez, equilibrio y belleza. El agua, por su parte, representa las cualidades prístinas de la mente: claridad, vastedad y la capacidad de reflejar sin juicios la realidad tal cual es.
Además de proporcionar una sensación de belleza y paz, el ikebana representa los más sublimes estados mentales y emocionales a los que el ser humano puede aspirar.