700 gramos de azúcar
1 vaina de vainilla
zumo de 1 limón
Pelar y cortar la calabaza en lascas gorditas y ponerlas en una cazuela. Añadir un vasito pequeño de agua y poner a hervir. A medida que la calabaza se va ablandando ir machacandola con la cuchara de madera hasta que quede practicamente deshecha pero con tropenzocitos. Añadir entondes la vaina de vainilla, el azúcar y el zumo de limón.
Dejar hervir a fuego lento, removiendo de vez en cuando hasta que adquiera la consistencia deseada.
Retirar la vaina de vainilla.
En caliente rellenar los tarros (previamente esterilizados), cerrar y poner bocaabajo hasta que se enfríen para que hagan bien el vacío.
Y ahora solo teneis que etiquetar, guardar y disfrutar de una riquísima mermelada en el momento que os apetezca.
¡¡¡Buen provecho!!!